VIDEO JOCKEY (2009 - 2025)
¿Cuántas veces se nombra al video jockey?
¿Cuántas veces se comprende lo que hace?
Entre los ecos del disco y la imagen, hay un oficio que nació sin definir su territorio.
Un terreno incierto, mutable, que rehúye las etiquetas.
No pretendo explicar si esto es arte, ni defender una técnica.
Prefiero hablar de lo que esta práctica ha significado para mí:
un acto radical de confianza,
un gesto íntimo de compartir.
El VJing me encontró sin exigir credenciales,
sin importar de dónde venía, en qué creía
o qué sistema operativo corría bajo mis dedos.
una forma de recorrer el mundo desde una mesa de mezcla,
de leer las emociones proyectadas en una pared,
de encontrar sentido en el error y belleza en el descontrol.
Porque sí: en este oficio, el error no es fracaso,
sino parte del proceso,
parte del cuerpo que se mueve al ritmo de luces,
formas y frecuencias.
La escena a veces impone miedo,
pero la intuición —nutrida por la confianza— es una guía.
Confiar en todos, porque no se confía en nadie,
es mejor dejar que la intuición decida,
como una corriente que se afina cada día.
es un gesto simple, profundamente humano:
compartir.
Así comenzó todo.
Alguien me prestó una laptop.
Otro me presentó un software.
Me ofrecieron un proyector, una sonrisa, una mirada curiosa.
Y así continúa:
compartiendo luz,
transformando espacios,
devolviendo al mundo lo que generosamente se me dio.