Nada en un espacio suspendido, donde los planos se disuelven sin fronteras visibles. El nadador se deja llevar, entregado al goce sereno de unas aguas que lo sostienen justo en el umbral: un instante suspendido que parece no tener fin.
En la cosmovisión andina, el cielo, la tierra y el inframundo no existen como dominios separados, sino como planos interconectados, entrelazados en un diálogo eterno.
video, 1920 × 1024 resolución, sonido experimental